Por José del Valle, CUNY profesor de Lingüística y de Literatura Hispánica y Luso-Brasileña en la City University of New York Las lenguas son productos de la historia y despliegan su identidad siempre a trompicones, adheridas a una compleja red de prácticas culturales, sociales y, muy destacadamente, políticas. El hecho es que, dadas ciertas circunstancias, la interacción verbal cristaliza en un objeto que hemos dado en llamar lengua, es decir, en un signo que le da sentido a aquellas prácticas (como sistema de comunicación, fuente de identidad, valor económico, etc.). Las lenguas pueden ser pensadas también como artefactos cuyo valor y utilidad está permanentemente en disputa, es decir, son objeto de querellas que se libran en la esfera pública por medio de una incesante negociación cuyo carácter ¿más o menos inclusivo, más o menos abierto? resulta con frecuencia revelador de las credenciales democráticas de la comunidad involucrada. Como artefactos que son, están hechas por el ser ...