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Lingüística aplicada en el Perú. ¿Hacia dónde vamos?

Escrito por Liliana Fernández Fabián
1. Introducción
La realidad nacional ofrece al lingüista un sinnúmero de posibilidades laborales. La riqueza de espacio para trabajar e investigar radica en la diversidad lingüística y sociocultural del Perú. Los profesionales lingüistas trabajan en distintos escenarios, contextos que no están necesariamente ligados el mundo universitario. No obstante, siempre que la ocupación lingüística tenga relación con el lenguaje y la competencia comunicativa, podemos distinguir algunas áreas claves como la enseñanza de idiomas extranjeros, entre ellas el castellano; la enseñanza del castellano en distintos niveles educativos como en la escuela, el nivel preuniversitario o la universidad; la planificación lingüística y los procesos de alfabetización en castellano o en alguna de las lenguas originarias que tiene nuestro país; patologías del lenguaje; la traducción e interpretación; la corrección de textos y estilo, entre otras especialidades.
Con este trabajo, abordaré desde mi experiencia profesional, la disolución de las fronteras políticas, lingüísticas, disciplinarias y profesionales del lingüista aplicado en el Perú, y el ejercicio de la profesión a través del enfoque en la comunicación humana, la libertad de proponer y elegir, y la responsabilidad social.
Los lingüistas aplicados tienen responsabilidades para con sus clientes y para la sociedad en general. En la práctica, abordamos los problemas relacionados con el lenguaje con conocimientos y métodos que adquirimos fuera de la universidad, en paralelo a la adquisición de la experiencia laboral, y que constantemente interpretamos y sometemos a evaluación. Sin embargo, existen desigualdades impredecibles de oportunidad para los lingüistas aplicados fomentados por una competencia laboral en la cual no existen reglas y los únicos perjudicados somos nosotros mismos.
En concreto, con este artículo se aborda el impacto de las nuevas tecnologías y la adquisición de conocimiento en El lingüista es un autodidacta (2); la disolución de las fronteras políticas, lingüísticas, disciplinarias y profesionales en ¿El lingüista no tiene límites? (3); el ejercicio de la profesión con un enfoque en el lenguaje, la libertad y la responsabilidad social en La ética del lingüista (4); y finalmente concluimos con una reflexión sobre el futuro de la disciplina en Consideraciones finales (5).
2. El lingüista es un autodidacta
La malla curricular de la carrera de lingüística en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos nos brinda una formación de investigadores en Lingüística con énfasis en el estudio de las lenguas amerindias. Con los cursos electivos, el estudiante puede orientarse hacia una especialidad en particular ―lingüística hispánica, lingüística andina, lingüística amazónica― o “ver más de todo”. Al terminar la carrera, o incluso desde mucho antes, el autoaprendizaje se consolida y muchas veces se orienta hacia una especialización. Esto depende de los intereses personales o de la exigencia de nuestro trabajo en algún centro de investigación de la universidad o en alguna institución externa a ella. No obstante, en lingüística, uno no siempre decide en qué va a trabajar, a qué se va a dedicar. Generalmente, las circunstancias nos ponen en un determinado campo: enseñanza del castellano en algún nivel de instrucción, corrección de textos, consultorías, etc., y nos exigen una especialización. Lo más rápido y accesible es la información que podemos obtener de Internet, ya que no siempre hay algún colega que pueda asesorarnos con su experiencia. Esto se debe a que los vínculos profesionales con nuestros profesores se debilitan tras egresar de la universidad.
Entonces, el avance tecnológico ha cambiado la forma en que muchos lingüistas aplicados trabajan. Sin embargo, no todos tienen acceso a las herramientas que hay y se desconoce quiénes han desarrollado una u otra especialización de forma autodidacta o que tan accesibles resultan estas herramientas para los lingüistas si consideramos que mucha información se difunde en inglés u otra lengua extranjera, además de cuestiones éticas relacionadas con la piratería de libros, principalmente. Personalmente, haber asistido a eventos académicos internacionales en otros países me ha permitido tener contacto con colegas que tienen acceso a bibliografía actualizada, saber las orientaciones de las investigaciones y qué enfoque es el más apropiado para describir y analizar una determinada lengua.
La autoformación es todo un desafío que precisa de constancia, disciplina y práctica para aprovechar oportunidades que surgen de la forma en que interactuamos con los demás en nuestros trabajos. Hoy en día, si queremos hacer traducciones, por ejemplo, entre los recursos que encontramos disponibles en Internet están los diccionarios en línea, foros de discusión en línea para hacer consultas en tiempo real, grupos de traductores o especialistas en el tema que estamos trabajando, y los mismos programas de traducción. Todo esto permite que el lingüista pueda desempeñarse con éxito en esta área. La lingüística de corpus también es una ventaja para los traductores y se puede acceder a bases de datos para lograr un óptimo resultado. Asimismo, el lingüista puede aportar con sugerencias para aumentar la productividad y aceptabilidad de programas de traducción disponibles en Internet.
Podemos acceder a la experiencia de otros países en el tema de la alfabetización, comunicarnos directamente con los especialistas a cargos de proyectos, acceder a revistas internacionales impresas y en línea, así como publicar en ellas luego de un proceso de evaluación. Respecto a esto, he notado que resulta muy provechoso poner a discusión en línea o en un grupo de publicación nuestras investigaciones, ya que hay profesionales con más experiencia dispuestos a orientarnos y guiarnos en el proceso de publicación de un artículo científico. Igualmente, podemos asistir a cursos virtuales o conferencias sin movernos de casa. Incluso se puede usar nuevas tecnologías en la forma de medios de comunicación digital o juegos interactivos como una atracción para la alfabetización digital. A través de Internet, los alumnos buscan información que sea útil e interesante para ellos, y, al hacerlo, leen textos seleccionados por ellos mismos. Esta acción debe ser aprovechada por docentes e investigadores. Hoy se habla mucho del analfabetismo funcional; no obstante, yo diría que el alfabetismo es funcional y eso se evidencia en el Internet que es una atracción en cuanto a la alfabetización digital para adolescentes, por ejemplo, por su naturaleza interactiva y como espacio para la autoexpresión. Muchos profesores e investigadores están tratando de emplear estos recursos que ofrece la web en la escuela y analizando sus resultados para un mejor provecho.
La Internet también puede ser empleada en la enseñanza/aprendizaje de idiomas extranjeros. Existen muchos programas para aprender un idioma extranjero o utilizar ese material para enseñar alguna lengua extranjera. Hay profesionales con muchos años de experiencia que comparten de forma gratuita los materiales que ellos han venido trabajando con sus alumnos en distintos contextos culturales y socioeconómicos. En lo referente a la investigación, la creación y difusión de neologismos a través de la web es increíblemente rápida; podemos encontrar corpus reales para analizar las características gramaticales y discursivas de nuevos géneros (mensajes de texto, los turnos conversacionales en el chat de texto en línea o en conferencias, las opiniones en blogs o foros de discusión, etc.); también es interesante la toma de conciencia de los usuarios para cambiar de código o mezclar idiomas y variedades. Por otro lado, cada día es más frecuente que las escuelas y universidades vayan a la par de la evolución tecnológica con la adquisición y uso de pizarras interactivas y entornos virtuales de aprendizaje, pero no hay estudios de su impacto en el aprendizaje.
De igual forma ocurre en lo relacionado a la patología del lenguaje u otras especialidades relacionadas a la disciplina lingüística. Definitivamente, los avances en estas y otras áreas, así como los marcos teóricos que los avalan se desarrollan en países de habla inglesa y sin un buen nivel de comprensión lectora en esta lengua, estamos perdiendo la posibilidad de acceder a otro nivel de especialización. Para patólogos del lenguaje, la tecnología puede proporcionar el acceso a diagnósticos y tratamientos detallados a partir de programas en Internet.
En resumen, las nuevas tecnologías e información en general para ser aplicados en el quehacer lingüístico son muchas y se actualizan vertiginosamente. El lingüista aplicado debe saber que uno de los principales efectos de la información y la tecnología de la comunicación es hacer que nuestra comunidad global esté más unida y mejor informada abriéndose, así, las fronteras políticas y sociales. En nuestro país la especialización es costosa, no existen becas o institutos de investigación que formen profesionales; por eso, depende de cada uno especializarse con los medios que estén disponibles en el mercado o la web.
3. ¿El lingüista no tiene límites?
La lingüística aplicada es una actividad que se encuentra entre distintos tipos de fronteras. Dado que la principal función de un lingüista aplicado es resolver problemas específicos para un cliente, generalmente su accionar le permite cruzar fronteras como las políticas y no me refiero a las transfronterizas necesariamente, sino a aquellas regionales y hasta locales. Si vamos a describir hablas o ver la situación sociocultural, económica, histórica de un grupo social determinado, las fronteras políticas no son un impedimento para lograr nuestro objetivo; menos lo son las fronteras lingüísticas o la obstinada frontera disciplinaria en la práctica académica, aunque algunos profesionales de otras disciplinas, debido a que desconocen nuestro trabajo, suelen encasillarnos en marcos teóricos saussureanos o ven en el lingüista al integrante del equipo que se encargará solamente de corregir el informe final.
La lingüística es una disciplina social y al igual que las otras ciencias sociales no le son ajenos temas como la migración, la comunicación transfronteriza y la integración económica, sobre todo cuando se trabaja en proyectos interdisciplinarios. Un ejemplo sería la migración interna desde las regiones andinas del país hacia la Amazonía, esto ocasiona matrimonios mixtos entre hablantes de distintas lenguas y como consecuencia existe comunidades heterogéneas y hasta complejas en términos socioculturales. Imagínense tener que describir las hablas de ese tipo de comunidades o desarrollar insumos para la educación. La tarea se vuelve compleja sobre todo cuando la política de nuestro cliente es uniformizar. No debemos olvidar que estamos trabajando con personas.
Sobre todo cuando se trabaja en zonas rurales, los cambios asociados a la globalización transforman lo que muchas veces damos por sentado respecto al lenguaje y esto no solo tiene repercusión en las políticas lingüísticas, sino también en la actitud de los ciudadanos hacia sus propias identidades lingüísticas y respecto a su derecho a ser reconocidos por el estado. La suposición de que las lenguas son objetos contables discretos que identifican grupos homogéneos es un error común, muchas veces inconsciente, que el lingüista comete pensando que es lo mejor tanto para el cliente como para el grupo objeto de estudio. Este tipo de problemas se observa en los datos de censos, por ejemplo, que son una referencia importante en nuestro trabajo. Nunca han faltado quejas sobre la precisión y representatividad de los datos sobre el uso de la lengua materna porque casi siempre los censos no nos dan cifras de los inmigrantes y los grupos étnicos minoritarios. Se invisibiliza, asimismo, variedades lingüísticas consideradas de bajo prestigio, pero que son altamente funcionales en los hogares multilingües.
Trabajar en grupos interdisciplinarios nos permite navegar en diversos paradigmas, muchos de cuales eran desconocidos para nosotros al egresar de la universidad, y romper las barreras entre la lingüística formal y los aspectos sociales de la lengua. La formación que recibimos en la universidad es formal; si bien hay cursos de Lingüística Aplicada, estos son de carácter complementario a la formación y sus contenidos son básicos; no son suficientes para desempeñarnos con éxito en el campo laboral una vez egresados. No obstante, enfrentados ya al mundo laboral, nuestra sensibilidad respecto a la comunicación humana y la visión que tenemos de las lenguas nos posibilitan crear modelos, métodos y estrategias para llevar a cabo nuestros objetivos y cumplir con nuestro empleador. Es en este contexto que el lingüista aplicado descubre sus capacidades y potencialidades y se orienta hacia una especialidad.
Una dificultad al trabajar en ambientes interdisciplinarios es que muchas veces nuestros colegas desconocen nuestra carrera y siempre nos hacen las mismas preguntas, una y otra vez, ¿qué es Lingüística?, ¿y qué haces?, ¿entonces, hablas muchos idiomas? Muchas veces no podemos explicarlo en términos sencillos para nuestros interlocutores, pues lo primero que se nos viene a la mente es la conceptualización de la Lingüística como una disciplina formal. Así que después de varios intentos fallidos, definir la Lingüística como el estudio de la comunicación humana, en términos pragmáticos, resultó más convincente tanto para mí como para mis colegas de otras áreas. Este desconocimiento de la labor del lingüista y de las funciones que puede desempeñar es un problema cuando quienes nos contratan nos encasillan en la redacción o corrección de textos, como normativistas, o creen que desconocemos los aspectos sociales de las lenguas porque nos ven como estructuralistas o generativistas. Sin embargo, esta circunstancia también nos da libertad para actuar y demostrar lo que sabemos, dado que la visión que tenemos del lenguaje no la tienen otros profesionales. No obstante, para lograr esto debemos hacernos respetar, exigiendo adecuadas condiciones laborales y una remuneración justa. Entonces, una tarea del lingüista es hacerle publicidad a nuestra carrera. Necesitamos divulgar las cuestiones que tratamos, pero de una manera accesible a otros profesionales y potenciales clientes. Educar a los clientes y al público en general debe ser parte de nuestro proyecto para el reconocimiento de nuestra labor.
4. La ética del lingüista
En esta sección, quiero tratar sobre la responsabilidad profesional. A medida que el ámbito de la lingüística aplicada se amplía para incluir nuevos puestos de trabajo en las instituciones, los lingüistas se ven sujetos a cuestiones éticas que deben resolver ellos mismos. Esto ocurre porque trabajamos en comunidades culturales muy distintas a la nuestra o porque hay aspectos de nuestra práctica profesional que son determinados por las políticas de las empresas o instituciones para las cuales trabajamos.
En ese sentido, los lingüistas aplicados estamos a la deriva. Aprendemos de nuestra propia experiencia, tropezando muchas veces. No existe una regulación colectiva de nuestras prácticas y la autonomía de nuestro ejercicio se pierde ante la imposición de normas y sistemas de aseguramiento de la calidad que tienen por objeto regular la práctica desde fuera de la profesión. Trabajar para compañías que explotan recursos naturales es un peligro para nuestra reputación. Al igual que ocurre con profesionales de otras disciplinas sociales, el lingüista puede ser usado para validar un determinado estudio de impacto socioambiental o socioeducativo. Entonces, surge la pregunta, ¿cuándo se es lingüista? Esto debido a que hay muchos consultores que han estudiado lingüística y firman sus documentos como profesionales en esta disciplina. Sin embargo, solo son bachilleres. La obtención del título profesional en Perú no es indispensable para trabajar; por eso algunos lo consideran solo un requisito específico para obtener algo muy puntual como una beca en el extranjero o porque nuestro centro laboral nos lo exige. Mientras no haya una necesidad para obtenerlo y haya trabajo, quedará relegado a un segundo plano. Por consiguiente, no existe una delimitación de quién es lingüista y quién no en el país, lo cual trae como consecuencia que haya egresados ejerciendo la profesión bajo modalidades de subempleo, mal remunerados y responsabilizándose de cuestiones que tienen impacto directo en las políticas del estado y en comunidades. Esta situación, finalmente, genera dudas sobre la calidad de los trabajos realizados y nos hace pensar en que si la creación de un Colegio de lingüistas sería la solución para regular el ejercicio de la profesión, estandarizar algunas prácticas profesionales y elevar el estatus del lingüista y su remuneración.
Por otro lado, el postmodernismo ha marcado la tendencia entre las ciencias sociales a que el investigador social establezca una relación estrecha con sus informantes o colaboradores, incluso con la comunidad donde está recogiendo datos. Esto ha generado la pérdida gradual de la objetividad y que el lingüista se involucre hasta el punto de desmerecer la profesión afectando la imagen de los demás profesionales. Así, ha sido fácil caer en desaciertos políticos o ganarse problemas ajenos. Casos de atentados contra los derechos humanos o rumores sobre la honestidad de las personas pueden afectar nuestro desempeño laboral y distraernos del poco tiempo que tenemos para recoger datos. Por eso, creo que el lingüista debe mantenerse al margen de los conflictos que ocurren a su alrededor. Escuchar, ver y callar.
Muchos profesionales se sienten obligados por los métodos, materiales y herramientas que tienen que utilizar o porque su estabilidad laboral depende de ello. Por ejemplo, al evaluar la competencia del español en hablantes que tienen una lengua originaria como lengua materna, los resultados van a variar según el tipo de prueba que se aplique, la metodología, el enfoque teórico, etc., lo cual puede llevar a una manipulación de los resultados a conveniencia del cliente. Otro aspecto son las entrevistas que realizamos. Debemos tener en cuenta que el material que grabamos será difundido públicamente y esto es algo que los informantes olvidan por más que se les haya advertido. Entonces, es común que durante la entrevista hagan denuncias o nos confíen eventos que corresponden a un ámbito privado de la comunidad. Se de tener cuidado con esa información. Algunos colegas apagan la grabadora cuando intuyen que el discurso se orienta hacia ese rumbo.
El lenguaje es la herramienta humana más importante para expresar, interpretar y significar las cosas. Por eso, en todas sus formas, el lenguaje tiene el potencial para liberar y para oprimir, para preservar las condiciones que privilegian a unos y marginar a los demás, o para perturbar o debilitar esas condiciones. Debido a que nuestro trabajo está relacionado directamente con las personas que enfrentan diferentes problemas relacionados con el lenguaje en las diversas comunidades, los lingüistas aplicados debemos ser conscientes de que nuestras investigaciones y trabajo en general pueden tener un efecto trascendente en la ley, la educación, la política pública y la opinión pública. Por lo tanto, se debe evitar la práctica irreflexiva y tratar respetuosamente a todas las personas, como queremos que nos traten a nosotros y procurar compartir los resultados de nuestra investigación con la comunidad científica así como con las comunidades de hablantes de las que recogemos los datos.
5.  Consideraciones finales                                                                           
En el Perú se hace Lingüística aplicada. Hay profesionales que crean, innovan, plantean, lideran, proponen, pero no difunden más allá de su círculo de trabajo y esto limita nuestra superación. Necesitamos difundir nuestro conocimiento, dialogar entre nosotros para fortalecer la profesión y nuestras herramientas de trabajo. Del diálogo podríamos, por ejemplo, listar nuevos métodos de investigación de campo, ya que las necesidades y la forma de trabajar con los clientes y público objetivo, en sus propios contextos, varía demasiado y cada caso requiere un tratamiento especial. Los lingüistas aplicados debemos aprovechar el ciberespacio para beneficiarnos de una vasta y compleja red de posibilidades de información y comunicación. La Internet ha eliminado las fronteras y nos permite acceder a toda clase de información como usuarios y como investigadores o creadores de contenidos.

Desde el año pasado, los Egresados de lingüística de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos venimos dialogando sobre nuestras prácticas, la importancia de obtener el título profesional y la forma de vincularnos provechosamente con nuestra casa de estudios. Apenas se está empezando y la convocatoria está abierta para todos. No olvidemos que somos lingüistas.

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